Tipos de caracoles
Los Caracoles son un tipo de molusco de la familia de los gasterópodos que como bien sabemos, suelen habitar en el mar, en tierra firme o en agua dulce y de acuerdo a su hábitat cuentan con características físicas distintas y especiales para su entorno.
Tal como el resto de los gasterópodos, los caracoles se caracterizan por su blando cuerpo, con el cual suelen avanzar lentamente mediante contracciones onduladas gracias a la baba que producen a medida que avanzan.
Su caparazón está compuesto por carbonato de sodio el cual debe estar muy presente en su dieta para controlar la temperatura de su cuerpo más eficientemente, además este va creciendo a medida que lo hace el resto de su cuerpo.
Actualmente, se conocen más de 70 mil especies de caracoles esparcidos por todo el mundo, y si bien resulta imposible nombrarlos en su totalidad si podemos conocer los tipos de caracoles que existen.
Caracoles de mar
Los prosobranquios o caracoles marinos son uno de los grupos o filos de animales más antiguos del planeta, siendo reconocida su existencia desde el período Cámbrico, es decir hace más de 500 millones de años.
Esta antigua especie también cuenta con un cuerpo flexible y baboso el cual está acompañado de su característica coraza que en la mayoría de las ocasiones cuenta con una forma de espiral.
Un dato bastante interesante respecto a su caparazón es que además de formar parte de su anatomía aporta gran cantidad de beneficios tanto para el ecosistema marino como para gran cantidad de especies que en él habitan.
Entre los caracoles de mar más populares podemos encontrar los siguientes:
Cono mágico (conus magus)
Aunque su nombre parece sacado de un cuento de hadas estos caracoles deben ser tratados con respeto y lejos de tocarlos lo más recomendable es conservar la distancia ya que su veneno puede resultar letal para el ser humano.
Por otro lado, aunque el veneno es altamente tóxico (con más de 50.000 componentes distintos) luego de varios estudios se ha logrado aislar algunos de su componentes y actualmente es comercializado por la industria farmacéutica para aliviar el dolor de los pacientes con cáncer y VIH.
Lapa común (Patella vulgata)
A diferencia del caracol anterior, esta especie marina es comestible y nativa de Europa Occidental donde es bastante aprovechada para el consumo humano, pues abunda entre las rocas o aguas poco profundas.
Otra característica común entre las Lapas es que su caparazón es cónico y la altura de su cono depende en gran parte de la zona marítima en la que se desarrolle (arriba de la costa o a la orilla) y suelen ser de un tono grisáceo.
Buccinum undatum
Pertenecientes a la fauna marina del Atlántico Norte, estos moluscos suelen vivir bajo el agua salada, específicamente en fondos blandos de la zona sublitoral donde aprovechan la marea baja y la temperatura adecuada (menor a 29 grados).
Debido a su intolerancia a las bajas salinidades, el Buccinum undatum no puede vivir en la orilla del mar y su exposición al aire puede ser letal, ya que la brisa tiende a arrastrarlos de sus caparazones haciendo que se deshidraten lentamente.
Orejas de mar (Haliotis geigeri)
Estos caracoles herbívoros pertenecen a la familia de los Haliotidae y su hábitat original se encuentra entre la Columbia Británica, Canadá y México. Normalmente suelen encontrarse sobre los sustratos rocosos.
Una de sus principales características es que es muy utilizado en la gastronomía de más alto nivel, pues es considerado uno de los moluscos de más exquisito sabor pero también uno de los más costosos.
Su coraza no mide más de 30 centímetros y cuenta con tonalidades bastante rojizas en la superficie de su coraza con un interior que posee asombrosos tonos iridiscentes.
Bígaro común (Littorina littorea)
Si bien el bígaro también es una especie comestible y bastante consumida no suele ser tan fina como es el caso de las orejas de mar debido a que estas pueden encontrarse más abundantemente entre el Occidente de Europa y América del Norte.
En cuanto a sus caparazones, cuentan con una superficie lisa de una altura que oscila entre los 2 y los 4 centímetros con tonos grises, pardos y verdosos y franjas claras dispersas en forma de espiral a lo largo de su caparazón.
Estas criaturas suelen encontrarse entre las rocas o en las partes bajas de las embarcaciones, donde acostumbran a adherirse.
Caracoles de tierra
¿Quién no se ha encontrado alguna vez con un caracol terrestre? Esta amigable especie es bastante común entre los humanos y aún cuando son tan conocidos no dejan de generar asombro entre sus espectadores debido a su gran variedad de formas y colores.
A diferencia de los caracoles marinos estos cuentan con un cuerpo baboso más visible y la mucosidad que desprende de él le ayuda a deslizarse por cualquier superficie.
Por otro lado, están dotados de branquias o pulmones que le permiten sobrevivir en condiciones climáticas con menor grado de humedad.
Algunos de los caracoles terrestres más conocidos son:
Caracol Romano (Helix aspersa)
Perteneciente a la familia de caracoles Helix, los caracoles romanos están ampliamente distribuidos en toda Europa y gracias a eso han evolucionado al punto de adaptarse a climas variados y con menor grado de humedad.
Estos populares herbívoros cuentan con una dieta rica en frutas, flores y cualquier otro tipo de elementos de origen vegetal que consumen con la ayuda de una pequeña línea de dientes con los que “raspa” sus alimentos.
Su aspecto no es muy diferente al de un caracol promedio, con un caparazón de no más de 4 centímetros de alto y tonalidades marrones que varían de acuerdo a la región a la que pertenezcan.
Caracol de Jardín (Helix pomatia)
Seguramente ya te has topado con esta especie en tu jardín o en algún parque, y es que al igual que los caracoles romanos, los Helix Pomatia son bastante conocidos y encontrados no solo en España sino alrededor del mundo.
Este molusco originario de Europa es mayormente encontrado durante la tarde o la noche, sin embargo, también disfrutan de los climas húmedos y lluviosos en los que salen a cualquier hora del día.
Los también llamados Burgajos son considerados una plaga bastante peligrosa para los cultivos, llegando a provocar pérdidas económicas bastante significativas.
Sus dimensiones son bastante prominentes en comparación con otros tipos de caracoles, llegando a medir hasta 4 centímetros de alto por 8 centímetros de largo.
Caracol gigante Africano (Achatina fulica)
Conocido como uno de los caracoles de tierra más grandes, los Achatina fulica son una especie realmente persistente ante las condiciones climáticas, pues son capaces de soportar temperaturas superiores a los 40 grados sin deshidratarse.
Esta especie africana es nativa de las costas de Kenya y Tanzania; y se ha propagado por las costas de todo el mundo convirtiéndose en una peligrosa plaga capaz de destruir por completo los cultivos.
Su caparazón cuenta con una típica forma de espiral marrón oscuro con franjas claras acentuadas en la punta y en conjunto con el resto de su cuerpo, puede llegar a alcanzar los 30 centímetros de longitud.
Caracol degollado (Rumina decollata)
Esta especie pertenece al grupo de moluscos gasterópodos pulmonados y son originarios de Israel y Egipto, donde habitan desde los tiempos de la antigua Roma, sin embargo han sido insertados entre algunas zonas de América del Norte y Europa.
Se dice que el caracol degollado es un depredador insaciable que puede convertirse en una plaga para los cultivos, no obstante también puede representar un beneficio teniendo en cuenta que se alimenta de otras criaturas que causan mayor daño a las cosechas.
A diferencia de otros caracoles de tierra, el Rumina es un tanto pequeño, con un cuerpo alargado y oscuro y un caparazón pardo de superficie brillante en forma de espiral que no supera los 20 mm de longitud.
Caracol cabrilla (Otala punctata)
Finalmente, cerraremos esta lista de caracoles terrestres con una de las especies con el caparazón más rígido y grande, el cual puede medir hasta 4 centímetros y es de un color castaño con pequeñas motas en tonos claros.
Es proveniente de la zona occidental del Mediterraneo, pero también es muy común encontrarlo en países de América del Sur, Argelia y Estados Unidos entre sus jardines y calles.
Caracoles de agua dulce
Entre los ríos, lagos y lagunas también podemos encontrar miles de especies de caracoles distintas, pues las zonas húmedas les brindan condiciones de vida bastante favorables que les ayudan a producir mayor cantidad de mucosidad.
Los caracoles de agua dulce son muy comercializados en los acuarios, donde también pueden contar con condiciones de vida adecuadas, alimentándose de materia vegetal muerta y desechos de alimentos, lo que mantiene a los tanques libres de suciedad.
Entre los tipos de caracoles de agua dulce más comunes se encuentran:
Caracol Helena (Anentome Helena)
Se trata de una de las especies favoritas de los aficionados de los caracoles, también conocida como caracol asesino y esto se debe a su tendencia a alimentarse de otros caracoles muertos.
Entre los caracoles que más disfruta comer están los Ramshorn, los trompeta malayo y los de estanque quienes comparten hábitat con ellos en lagos y estanques con fondos compuestos de sustratos.
La razón por la que son uno de los favoritos de los acuarios es por su llamativo caparazón que aunque es un tanto pequeño también es robusto y está compuesto por colores que contrastan entre sí y le aportan carácter a las peceras.
Caracol Marfil
Los caracoles marfil también son bastante populares y eso se debe en gran parte a su elegante caparazón de textura lisa que ostenta un color cremoso con tonalidades naranja y lo hace resaltar entre los elementos de las peceras.
En promedio su ciclo de vida puede durar entre 2 y 3 años, sin embargo hay algunos casos poco comunes en los que alcanzan los 5 años de edad, todo dependerá de su alimentación y las condiciones de su entorno.
Caracol conejo (Tylomelania zemis)
Nativos de indonesia, los caracoles conejo cuentan con más de 30 subespecies diferentes, cada una de ellas con colores variados que van desde el amarillo, el naranja y algunos incluso tienen motas o lunares de colores claros.
Son de reproducción lenta, pues en primer lugar requieren agua salobre (con más salinidad que el agua dulce pero menos que el agua salada) y además ponen tan solo un huevo a la vez el cual contiene un solo embrión.
Caracoles japonés (Viviparidae)
Estas interesantes criaturas son vivíparas (que dan a luz) y a diferencia de las anteriores son de fácil reproducción, la cual ocurre entre el agua dulce y sin mayor dificultad aunque con poca frecuencia.
La gama de colores de de los caracoles japoneses es bastante variada y entre sus colores más comunes se encuentra el marrón, verde oliva y negro con características franjas blancas en el borde del ápice.
Caracol manzana (Pomacea bridgesii)
Se les conoce como una especie bastante resiliente ante situaciones adversas gracias a que posee pulmones y branquias que le permiten sobrevivir en condiciones de extrema sequía o en aguas con baja cantidad de oxigenación ¡eso sí es estar preparado para todo!
Otro aspecto atractivo de los Pomacea es que son uno de los más grandes de su especie llegando a medir hasta 7 centímetros en su edad adulta, una cualidad que lo hace muy popular entre los acuarios.
Entre los caracoles manzana hay sexos masculinos y femeninos, sin embargo no son fáciles de identificar.
Para hacerlo hay que observar atentamente los espirales de su coraza pues las hembras tienen tonalidades variadas y el de los machos es más uniforme.
Al igual que gran parte de los animales, los caracoles cumplen un valioso rol en pro del ecosistema, pues son parte fundamental de cadenas alimenticias al servir de consumo para otros animales.
De igual manera es importante destacar su labor en los suelos, la cual consiste en la oxigenación y fertilización a medida que avanza (similar al trabajo realizado por las lombrices de tierra).
Por último pero no menos importante están sus caparazones y su valioso aporte en los océanos, donde sirven como alimento y refugio para otras especies ayudan en la limpieza del mar.