Diferencias entre termitas y carcoma

¿Qué diferencias hay entre termitas y carcoma? ¿Cómo son las térmitas? ¿Y la carcoma? Hablamos de esto y de muchas cosas más en las siguientes líneas.

¿Cómo son las termitas?

Las termitas son un grupo de insectos englobados bajo el nombre científico de isópteros. También son conocidas como hormigas blancas, ya que se asemejan superficialmente a éstas por su color.

Sin embargo, las termitas difieren de las hormigas en varios aspectos, sobre todo en lo relativo a su fisionomía. A diferencia de éstas últimas, las termitas presentan antenas y cuerpos rectos, con una cintura poco marcada. Si tienen alas, las termitas poseen dos juegos de alas de igual longitud, mientas que las alas de las hormigas tienen longitudes diferentes.

En cuanto a su tamaño, las termitas miden un promedio de 4 y 15 milímetros. Su cuerpo está compuesto de cabeza, tórax y patas, aunque puede variar dependiendo de la función que ejerzan dentro del termitero. Como insectos sociales que son, las termitas crean comunidades organizadas, en las que existen clases que cooperan para la supervivencia de la colonia. Las tres clases principales de termitas son: soldados, obreras y reproductoras, con diferencias fisionómicas entre ellas. El interior del termitero es todo un laberinto de pasillos de drenaje y ventilación, con una cámara central que alberga y protege a la pareja real.

Las termitas son insectos xilófagos, es decir, se alimentan de la madera y de otros tipos de materiales ricos en celulosa. Sin embargo, también pueden sobrevivir nutriéndose de las secreciones de otros insectos, principalmente escarabajos, que conviven con ellas de manera simbiótica en su termitero.

Las termitas huyen de la luz, pues sus características físicas están diseñadas para su vida en el interior del termitero o, en su defecto, en lugares de difícil acceso y oscuros, alejados de la luz solar. Además, el hecho de que sean de color blanco nos informa de que carecen de melanina, necesaria para protegerse del sol.

¿Qué es la carcoma?

La carcoma es una de las plagas de insectos xilófagos más graves que pueden afectar a nuestros hogares. También conocida como quera, la carcoma es el nombre común que se le da a las larvas de algunos tipos de insectos, principalmente escarabajos, y pertenecientes al orden de los coleópteros. La pertenencia a este orden nos indica sus fases biológicas: pasan por el huevo, la larva pupa y el adulto. ¿Quieres saber más esto? Lee el artículo tipos de carcoma de nuestros amigos de ViviendaViva.com.

Como vemos (y como podrás leer en el artículo señalado), la carcoma sufre un proceso de metamorfosis. De su etapa inicial como larva o gusano, caracterizada por su aspecto blanquecino, una fisionomía arqueada y unos anillos marcados, evolucionará a coleóptero, un pequeño escarabajo cuyo color se tornará pardo o negro y podrá alcanzar los 9 milímetros de longitud.

En su fase adulta, una vez la larva se ha convertido en un insecto volador y tras ser fecundada por el macho adulto, busca depositar sus huevos en las hendiduras, grietas o huecos de la madera. Los huevos eclosionarán y las larvas comenzarán a alimentarse de la madera.

Es, por tanto, en este estado larvario, cuando la carcoma representa la gran amenaza para nuestros muebles. Estos gusanos irán royendo el interior de la madera, creando túneles o galerías a su paso, hasta llegar a la superficie.

Principales diferencias entre termitas y carcoma

Las termitas y la carcoma, como insectos xilófagos, representan la principal amenaza para nuestros muebles y hogares. Debemos de tener en cuenta que las termitas son las más peligrosas, puesto que son las más difíciles de detectar.

Es importante conocer las diferencias entre unas y otras puesto que, a la hora de eliminar la plaga, actuaremos de manera diferente. A continuación, os contamos las principales diferencias entre las termitas y la carcoma.

Pese a su gusto compartido por la madera, las termitas y la carcoma pertenecen a grupos de insectos distintos, por lo que es posible apreciar las diferencias entre ellas. En primer lugar, las termitas son insectos isópodos y sociales, viven en comunidades, mientras que la carcoma pertenece a la familia de los coleópteros y es de naturaleza solitaria.

Además, su fisionomía también nos ayuda a diferenciar si estamos ante termitas o carcoma. Al principio del artículo, hemos mencionado que las termitas también son conocidas como hormigas blancas, lo que nos da una enorme pista para diferenciarlas de la carcoma. Por otro lado, las termitas tienen seis patas, un par de antenas y están dotadas de alas. Sin embargo, la carcoma en su fase larvaria, que es cuando afecta a la madera, carece de patas y antenas y su aspecto es el de un gusano. En su fase adulta, cuando abandonan la estructura de la madera, las termitas lo hacen en forma de hormigas aladas mientras que la carcoma se asemeja a un escarabajo.

Por otro lado, el ataque de la carcoma deja un testimonio visible: los agujeros. Éstos son fruto de las galerías que, en su fase larvaria, han ido creando y es, a través de ellos, por donde abandonan la estructura de madera. Además, estos orificios circulares van acompañados de serrín. Por el contrario, la termita es conocida como “la plaga invisible”, pues puede causar importantes daños sin que nos demos cuenta.

En cuanto a sus gustos alimenticios, también podemos citar diferencias. La carcoma se alimenta de la albura de la madera, mientras que la termita puede nutrirse de cualquier parte de la misma, incluido el duramen. Además, las termitas pueden llegar a perforar estructuras de hormigón para hacerse paso hasta la madera.

Para finalizar, mientras la carcoma está atacando la madera, es posible escucharla, ya sea mientras está royendo la estructura o mientras los miembros se están apareando. Por el contrario, las termitas resultan ineludibles, a no ser que se emplee una tecnología específica para detectarlas. Por suerte, hay algunas clases de termitas, como las obreras o las termitas soldado, a las que es posible escuchar mientras están afectando el interior de la madera.

¿Cómo saber si la madera tiene termitas?

Pese a lo difícil que puede resultar detectar el ataque de las termitas, hay ciertas señales que nos dan pistas acerca de su presencia.

Una de las principales maneras de detectarlas es mediante la presencia de termitas voladoras. Se trata tanto de machos como de hembras que abandonan el termitero en busca de un compañero/a para aparearse. Este fenómeno se conoce como enjambrazón. Una vez emparejadas, las termitas establecen una nueva colonia.

Otra de las señales que nos indican el ataque de estos xilófagos son las alas caídas. Poco después de que hayan encontrado a su pareja, las termitas pierden sus alas y son fácilmente perceptibles.

Además, las termitas, para protegerse de la luz cuando salen al exterior, construyen una especie de cordones adheridos a la pared. Estos cordones son una mezcla de la saliva de las termitas, barro y excrementos que les ayuda a protegerse de la luz.

Otro de los trucos para averiguar si uno de nuestros muebles está siendo atacados por termitas, basta con dar unos golpes al mueble o a la estructura de la madera que, sospechamos, está siendo afectada. Si se produce un sonido hueco o se rompe, es muy posible que haya termitas en su interior.

¿Cómo saber si la madera tiene carcoma?

Como hemos mencionado anteriormente, una de las señales inequívocas de la presencia de la carcoma son los agujeros acompañados de serrín visibles en la superficie de la madera. El diámetro de estos agujeros puede variar, alcanzando los 10 milímetros en los casos más avanzados. El polvo generado mientras la carcoma roe la madera, deja ese característico rastro de serrín que nos alerta de su presencia.

Ahora bien, pese a advertir estos indicios, puede ser que la carcoma ya no esté activa y se trate de una infestación antigua. ¿Cómo averiguarlo? Debemos atender al color del serrín, el tamaño de los agujeros y si percibimos algún sonido en el interior de la estructura de madera.

Si el color del serrín es blanco o marrón claro, la infestación será reciente y puede que las larvas sigan en el interior del mueble. Si, por el contrario, el color del serrín es de un marrón oscuro, seguramente la plaga ya haya desaparecido.
En cuanto al tamaño de los agujeros, cuánto más grandes sean, más indicativos serán de que las larvas se han convertido en coleópteros, alcanzando su metamorfosis, y hayan abandonado la estructura.

Para finalizar, si advertimos el sonido de las larvas masticando la madera, está claro que el mueble está siendo afectado por esta plaga.

Diferencia entre carcoma y polilla de la madera

Ya sabemos qué es la carcoma, pero ¿cómo diferenciarla de la polilla de la madera?

La polilla de la madera recibe también el nombre de carcoma grande o bicho taladro. Por sus semejanzas con la carcoma común, es fácilmente confundible con ella. A continuación, os presentaremos las diferencias entre carcoma y polilla de la madera.

Una de las principales diferencias son los orificios de salida que tanto la carcoma como la polilla de la madera crean para abandonar la estructura de madera. Mientras que los orificios de la carcoma común son circulares y rondan los 4 milímetros, los orificios de la polilla grande tienen una forma ovalada y pueden alcanzar los 7 milímetros.

Por otro lado, el tamaño también varía de una a otra. La polilla de la madera puede alcanzar los 20 milímetros, de ahí que también reciba el sobrenombre de carcoma grande.

Además, los rasgos fisionómicos también nos permiten diferenciarlas, así como la eclosión de los huevos y el ciclo vital de cada una. Los huevos de la carcoma tardan hasta cinco semanas en eclosionar, su ciclo vital es de 4 años y se caracteriza por el color marrón-rojizo de su cuerpo, el cual presenta una pelusilla amarilla. Por su parte, los huevos de la carcoma grande o polilla de la madera tardan solo 2 semanas en eclosionar, pero su ciclo vital es mucho más largo que el de la carcoma, hasta 10 años. Además, son de color negro o marrón oscuro, con vellosidades grises.

Jon Ocaña
Jon Ocaña